Noticias del Sistema Solar (3/7): ¡lluvias de meteoritos marcianos!

Luego de una larga interrupción, vuelven las noticias del Sistema Solar.
Primera entrega: los enanos gemelos
Segunda entrega: el cometa y las dos cebollas

Capítulo 3: ¡lluvias de meteoritos marcianos!

Seguramente saben que caen de manera periódica y regular meteoritos en la Tierra. De hecho, los meteoros que cruzan nuestra atmósfera suelen ser llamados, con cierta poesía, estrellas fugaces cuando iluminan nuestros cielos. Estos pequeños sólidos pueden tener un origen primordial, o sea que han estado dando vueltas en el Sistema Solar desde el principio, o bien ser testigos de recientes colisiones entre asteroides/planetas o pasos de cometas. Cuando un cometa se acerca al Sol y cruza la órbita de la Tierra deja tras de sí una cantidad de material muy importante bajo forma de partículas de polvo. Incluso años después de que haya pasado un cometa, queda una estela de material que puede terminar cayendo en otros planetas.

Si bien se mira, no existe ningún motivo de que este fenómeno sólo ocurra en la Tierra... Durante la conferencia ACM2017 en Montevideo hubo en particular una charla acerca de monitoreo de lluvia de meteoritos en el planeta Marte. La primera pregunta que surge es: ¿cómo se puede monitorear este fenómeno en Marte dadas las evidentes dificultades técnicas? La manera más fácil y robusta es usar los satélites (orbiters) que sobrevuelan el planeta rojo con cámaras de alta definición y espectrómetros. De ese modo se pueden medir variaciones de emisión en la tenue atmósfera marciana. En particular, los investigadores pueden buscar si no hay cierta periodicidad de estos picos de emisión.

Cometa C/2013 A1. Telescopio espacial Hubble

Efectivamente, se observó que una vez por año marciano había un aumento de emisión debido a partículas de Magnesio ionizadas (Mg+). Estas partículas al estar cargadas y ser (des)aceleradas en la atmósfera marciana, emiten luz que puede ser capturada por las cámaras del satélite. Luego de un riguroso estudio, los científicos establecieron que esas partículas estaban siendo depositadas desde arriba, o sea que tenían un origen extra-marciano. Buscando causas posibles, identificaron que estas lluvias de meteoritos en Marte se debían a un cometa llamado Siding Spring (nombre técnico C/2013 A1) que pasó a unos 141.000 kmts de Marte en el 2013 y dejó material dando vueltas en la órbita marciana. La intensidad de la luz emitida por las partículas ionizadas provenientes de otros astros del sistema Solar permite estimar la cantidad de material que cae por año bajo lluvia de meteoritos en Marte. Es increíble la cantidad de información que se puede obtener mediante la luz :-) Sin embargo, es todavía más impresionante el resultado del cálculo: ¡16 toneladas!

Meteorito Allan Hills 84001
Lo interesante del asunto es que esto es una evidencia fuerte de que material de diferentes astros puede ser diseminado en el Sistema Solar. De hecho, en la Tierra se han encontrado meteoritos provenientes de Marte. Por ejemplo, se cree que el origen del famoso meteorito Allan Hills 84001 encontrado en la Antártida es marciano. Acá a la derecha pueden ver una foto de este pedacito de Marte que acabó en nuestro planeta. Entonces, dado que el material puede viajar de un planeta a otro, uno se puede preguntar si los organismos vivos podrían sobrevivir al viaje y de ese modo saltar de un planeta a otro.

Esta idea sobre la propagación de organismos vivos en un sistema planetario suele ser llamada pansperimia. Existen dos versiones: la "panspermia dura" que estipula que la vida pudo haber llegado a bordo de un cuerpo externo que impactó la superficie de la Tierra; y "la panspermia blanda" (más fácilmente aceptable) que dice que la vida se formó in situ a partir de material proveniente del exterior. Este concepto no es para nada nuevo ya que se lo encuentra en obras de más de 2.500 años de Antigüedad escritas por el celebérrimo Anaxágoras. Sin embargo, sus implicaciones filosóficas han cobrado fuerza estos últimos años con el auge de la disciplina llamada Astrobilogía o Exobiología.

Tardígrado. Créditos: astronoo
Resulta un poco complicado estudiar la vida de otros mundos dado que por ahora el único lugar donde hemos detectado vida es la Tierra y somos parte de ella... Lo que sí podemos hacer es estudiar organismos sorprendentemente robustos ante condiciones extremas de temperatura, vacío, humedad, presión, etc. El campeón (en todas las categorías) es el simpático oso de agua o tardígrado (lean el artículo si les interesa). También hay experimentos en la estación internacional espacial que tienen como objetivo establecer si algunas plantas pueden sobrevivir a un viaje espacial y germinar en otros mundos o abordo de naves espaciales. Son pocas las que lo logran pero existen en la Tierra algunas plantas cuyas semillas pueden sobrevivir luego de pasar varios meses en el espacio. Algunas ejemplos: la cahiruela (convolvus arvensis), el tabaco (nocotiana tabacum) y la crucífera llamada arabidopsis thaliana. La clave parece residir en la redundancia del código genético contenido en los cromosomas de estas plantas, que pueden soportar altas dosis de radiación de rayos cósmicos (pero no entraré en detalles). Para los curiosos, lean este artículo sobre papas marcianas :-)

Flores de cahiruela (convolvus arvensis) 

Lo que podemos concluir por ahora es que, independientemente de dónde provenga la vida, hoy conocemos casi todos los ingredientes necesarios para la vida pero no sabemos la receta... Cabe destacar que, luego de que la misión Rosetta estudiara el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, sabemos además que los ladrillitos esenciales para la vida tal como la conocemos (materia orgánica, oxígeno molecular, glicina, etc.) abundan en el Sistema Solar :-)

¡Saludos exobiológicos!

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